-
Tiene que haber una chica especial. Venga, ¿cómo se
llama?
-
Bueno, hay una chica – responde él, suspirando – Llevo
enamorado de ella desde que tengo uso de razón, pero estoy bastante seguro de
que ella no sabía nada de mí hasta la cosecha.
La multitud expresa su
simpatía: comprenden lo que es un amor no correspondido.
-
¿Tiene a otro?
-
No lo sé, aunque les gusta a muchos chicos.
-
Entonces te diré lo que tienes que hacer: gana y
vuelve a casa. Así ella no podrá rechazarte, ¿eh? – lo anima Caesar.
-
Creo que no funcionaria. Ganar… no ayudará, en mi
caso.
-
Porque… - empieza a balbucear Peeta, ruborizándose –
Porque… ella está aquí conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario